Como ya he informado en este su blog depresivo de confianza, tengo un nuevo empleo en el cual contamos con 4 auxiliares. Una de ellas me fue asignada, otro compañero tiene otra a su cargo y un tercero cuenta con dos. Una de estas últimas se acercó a mí el día de ayer preguntando por su jefe, quien me avisó que llegaría tarde. Al informarle que su jefe tardaría un rato en llegar me pidió hablar conmigo en privado. Accedí suponiendo que se trataba de algo importante y que no podía esperar.
Una vez que estuvimos solos la citada auxiliar procedió a pedirme permiso para salir temprano ya que tenía que llevar a su pequeño hijo al pediatra. Haré una pausa aquí para dar más detalle al respecto: Esta auxiliar tiene 21 años, tiene un hijo de aproximadamente 1. No es la mujer más inteligente, aplicada o capaz que he conocido, de hecho no está ni cerca de ubicarse a la mitad de la tabla. Hago esta aclaración para que puedan imaginarse el perfil de la susodicha. Ahora regresaré al relato.
Cuando un subordinado te pide permiso para llevar a su hijo al doctor uno como jefe consciente de que la gente tiene una familia que atender trata de darles la posibilidad de hacerlo de la mejor forma así que aceptas la petición. A lo mejor, si eres de esos jefes que se interesan mucho en sus empleados, le preguntarás qué es lo que tiene el pequeño para tener que llevarlo al doctor o de alguna otra forma mostrarás tu interés en su salud. Como ese claramente no es mi caso con pedirme permiso para salir temprano y llevar al niño al doctor hubiera sido suficiente pero Rebeca, así se llama la susodicha, no se detuvo ahí. A continuación cito textualmente la petición completa:
"Te quería pedir permiso para salir temprano, como a las 3, porque tengo que llevar a mi bebe al doctor porque comió popó de perro."
Ya se imaginarán mi cara, una mezcla entre risa y asco, cuando terminé de entender la frase completa. Al ver mi cara Rebeca me contó la historia completa de cómo fue que el niño terminó ingiriendo heces animales lo cual provocó que yo terminará la reunión diciendo "No tenías que darme todo el detalle."
Como era de esperarse no pude resistirme y se lo conté a mi amigo, jefe directo de Rebeca, con quien reí mucho al respecto y terminé concluyendo que definitivamente hay gente que no debería reproducirse nunca. Ahora no puedo sacar de mi cabeza la imagen del niño con la carita embarrada de "popó de perro" y espero que ustedes tampoco puedan hacerlo porque la intención de este post era compartir la horrible imagen mental que tengo con el mayor número de personas. No tienen que agradecerme.