lunes, 16 de abril de 2018

Vulnerable

Hace muchos años, justo en esa edad donde comencé con ese sentimiento de vacío que me llevó a abrir este blog, tenía la idea de que relacionarte con gente e interesarte en lo que les pasaba te volvía vulnerable ya que ahora no solo podías salir herido por algo directamente relacionado a tu persona, también lo que le sucedía a aquellos por los que te interesabas podía lastimarte. Hice varios intentos inútiles por no caer en este supuesto pero, como era de esperarse, fracasé.

Tener hijos es la máxima expresión de volverte vulnerable por algo que no te sucede directamente a ti. Es cuando tienes hijos que te das cuenta de lo peligroso que es el mundo y de como casi en todo momento puedes estar expuesto a morir sin estar consciente de ello. Verlos subir una escalera que por el tamaño que tienen mientras crecen podría parecer la hazaña más complicada y tu solo piensas en cargarlos para evitarles el peligro pero al hacerlo les estás causando otro tipo de daño que podría determinar si son unos buenos para nada o gente que obtendrá el éxito a través del esfuerzo*.

Ahora que soy padre y veo como mi hijo crece para ser un pequeño jodón e independiente, me aterra verlo caminar y tropezar, subir escaleras y resbalar, bajar por unas resbaladilla y atorarse, o el síndrome de muerte súbita (aunque mi hijo ya superó la edad en la que eso pasa) o que en cualquier momento puede salir un secuestrador y llevárselo y muchos otros escenarios que cuando no tienes hijos te parecen una nimiedad, puedo decir que nunca en la vida me había sentido tan indefenso y vulnerable ante las terribles cosas que pasan a diario en el mundo.

Y todo lo anterior solo lo puedo venir a decir aquí porque debo ser fuerte y no pasarle mis miedos a mi esposa.

*Me merezco puntos extras por utilizar el lema de mi secundaría en un post.

lunes, 22 de enero de 2018

Música para recordar

Quizás fue en la mañana en que vendados los dos descubrimos como eran las cosas...

Y escuchando la música que solía escuchar hace ya varios años fue como todo ese sentir al que llamé Janus salió de donde estaba encerrado y, como a mi casi no me gusta desenterrar cosas o rascarme las cicatrices hasta que vuelven a sangrar, aquí estoy escuchando cuanta canción de esa época me encuentro.

No cabe duda que uno no madura, ni madurará.


Me gusta(ba)s tanto, quisiera aprenderme tu nombre...